domingo, 6 de julio de 2014

Primer capítulo del fanfic

Sí, lo que estáis leyendo. Cada tres o cuatro días subiré un nuevo capítulo. Si os habéis perdido alguno, debajo del título del blog se encuentra el enlace a la página que recoge todos los capítulos escritos. Bueno, ¡buena lectura!

Capítulo 1: Bienvenido al mundo de los Pokémon

Me levanto sobresaltado por el ruido del despertador. Lo apago y me estiro. Hoy es un día muy especial, y no podía llegar tarde. Me quito el pijama y me pongo la ropa que había comprado hace tiempo para esta ocasión: una camiseta blanca debajo de una chaqueta roja sin mangas. Debajo unos pantalones burdeos y unos zapatos de color ocre. Por último, una gorra roja con el símbolo de una Poké Ball. Ya estoy listo. Bajo las escaleras y mi madre me avisa de lo que ya sé:

–¡Luke, rápido! ¡Tienes que ir a recoger tu primer Pokémon!
–Sí mamá, lo sé. Desayuno rápido y me voy –cojo unas rebanadas de pan.
–No no no no, tienes tiempo. Come tranquilo. –a veces creo que es bipolar.
–Vale, vale…

Unto mantequilla en las rebanadas y me las como, acompañadas por un vaso de leche. Entonces justo antes de salir mi madre me avisa a todo volumen:

–¡HIJO! Que se te olvida esto –tanto jaleo por una mochila.
–¡Pero no te pongas así!

Me la pongo, me despido y salgo de casa.

Respiro profundamente. Por fin, hoy es del día. Mi primer instinto es ir a la casa de mi “mejor amigo”, Jake. Pero seguro que está ya en el laboratorio de su abuelo, el profesor Oak. Así que me dirijo allí. Por el camino veo a una bandada de Pidgey volando a quién sabe dónde. Sigo andando al laboratorio, y nada más entrar en él, veo a mi vecino:

–¡Pero qué lento eres! ¿Te has quedado dormido o qué? ¡Vago!
–Lo que tú digas –ahora entendéis por qué es mi “mejor amigo”.
–Chicos, tranquilos, tranquilos. Dejad de pelearos. Bueno, supongo que ya sabéis por qué estáis aquí, ¿verdad?
–Algunos más que otros… –mira que es pesadito.
–Calla, Jake. Bueno, a lo que iba, los Pokémon son criaturas asombrosas con las que convivimos día a día. Los hay de muchas especies, ya sean gigantes o diminutos, rojos o azules… Lo que verdaderamente importa, es la amistad que hay entre tus ellos y tú. Puedes entrenar a un Pokémon de muchas maneras, pero para ello, es imprescindible el respeto y la aceptación de cada uno. Muy bien, aquí en la mesa hay tres Poké Ball, cada una con un Pokémon. En esta…
–¡Yo! ¡Yo! ¡Yo primero! –típico de él, adelantarse a todo.
–¡Espera un momento! No he terminado. Ahora eliges último, por tonto.
-¡Venga ya! ¡No es justo!
–Te fastidias –digo muy bajito.
–¿Qué has dicho?
–¿Queréis escucharme? A ver, en esta Poké Ball está Charmander, tipo fuego. En esta, Squirtle, tipo agua. Y en esta última está Bulbasur, tipo planta y veneno. Elegid bien.

El profesor entonces los saca de las Poké Ball. Los tres son impresionantes, pero yo ya tenía claro cuál iba a elegir, nada más verlo:


–Charmander, ¡te elijo a ti!

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